La IA está entrando rápidamente en el ámbito legal. Thomson Reuters informa que el 26 % de los profesionales del derecho ya utilizan IA generativa en su trabajo, y el 80 % espera que tenga un impacto transformador en sus funciones.
Al automatizar tareas rutinarias como la revisión y redacción de documentos, la IA permite a los abogados ofrecer un servicio de mayor calidad de manera más eficiente.
Esto ha generado entusiasmo por la capacidad de la IA para consultar rápidamente leyes, casos y términos legales relevantes.
El resto de este artículo analiza cómo las herramientas modernas de IA aceleran la investigación jurídica, los beneficios prácticos que ofrecen, así como las limitaciones importantes y las mejores prácticas para su uso.
Ventajas clave de la IA en la investigación jurídica
Las herramientas de investigación jurídica impulsadas por IA pueden automatizar tareas que normalmente toman horas. Las ventajas principales incluyen:
- Recuperación avanzada de casos: La IA puede mostrar más casos y estatutos relevantes que una simple búsqueda por palabras clave, incluso cuando esos documentos usan frases diferentes.
- Resúmenes rápidos: Documentos extensos (declaraciones, contratos, etc.) o grandes conjuntos de casos pueden resumirse en una fracción del tiempo.
- Verificación de citas: La IA puede señalar citas faltantes o débiles en escritos y verificar automáticamente si los casos citados han sido anulados posteriormente.
- Perspectivas predictivas: Algunas herramientas de IA intentan predecir cómo podría fallar un tribunal sobre un argumento basándose en decisiones anteriores.
- Monitoreo de cambios legales: Las tareas rutinarias de investigación, como el seguimiento de nueva jurisprudencia o actualizaciones legislativas, pueden automatizarse.
- Consultas en lenguaje natural: Gracias al PLN, los abogados pueden hacer preguntas en lenguaje sencillo y obtener respuestas directas, incluso si no conocen los términos legales exactos.
Estas capacidades permiten que los equipos legales respondan consultas sobre leyes y términos mucho más rápido que antes, completando a menudo en minutos lo que antes requería horas de búsqueda manual.
Herramientas y plataformas de IA
No toda la IA es igual. Las herramientas profesionales de IA jurídica se basan en bases de datos legales verificadas. Por ejemplo, CoCounsel de Thomson Reuters y Lexis+ AI de LexisNexis buscan en jurisprudencia y estatutos propietarios, asegurando que las respuestas se basen en contenido actualizado y confiable.
En contraste, los chatbots para consumidores como ChatGPT se entrenan con datos amplios de internet y a veces pueden “inventar” respuestas. En un caso notable, un escrito legal redactado con ChatGPT citó seis casos que no existían.
Otras plataformas se especializan en contenido legal global . Por ejemplo, vLex (adquirida por Clio en 2024) ofrece una búsqueda impulsada por IA sobre más de mil millones de documentos de más de 100 países.
Esto significa que un usuario podría preguntar, por ejemplo, sobre “requisitos de notificación de brechas de datos según el RGPD” y obtener al instante extractos relevantes de la legislación de la UE y comentarios relacionados.
En cambio, la IA de propósito general (por ejemplo, ChatGPT o Google Bard) puede conversar sobre conceptos legales, pero sin garantía de precisión o fuentes.
En la práctica, las firmas suelen usar una combinación de herramientas:
- Asistentes profesionales de IA: Integrados en software para despachos (CoCounsel, Lexis+, la plataforma de Bloomberg Law, etc.) para investigación profunda y respuestas con verificación de citas.
- Motores de búsqueda globales: Plataformas como vLex que cubren muchas jurisdicciones con búsquedas inteligentes.
- Chatbots generales: Para preguntas rápidas o ayuda en redacción (con precaución). Pueden responder preguntas en lenguaje sencillo o explicar conceptos legales, pero los usuarios deben verificar toda la información.
Limitaciones y precauciones
Las herramientas de IA, aunque potentes, no son infalibles. Estudios importantes y reguladores advierten sobre riesgos clave:
- Alucinaciones: La IA a menudo “se inventa cosas”. En pruebas, muchos modelos legales de IA generaron afirmaciones jurídicas que no existen. Pueden citar casos erróneamente, confundir argumentos con sentencias o referirse a estatutos ficticios.
- Errores básicos: Incluso la IA enfocada en derecho puede malinterpretar matices legales. Por ejemplo, podría no respetar la jerarquía de autoridades (tratando una opinión de juicio como un precedente vinculante).
- Deber ético: La guía formal de la ABA enfatiza que los abogados deben verificar de forma independiente cualquier resultado generado por IA. Confiar ciegamente en la respuesta de una IA puede violar normas de competencia profesional, ya que un consejo legal incorrecto puede perjudicar a los clientes.
- Reclamaciones falsas: Algunos servicios legales impulsados por IA han enfrentado sanciones. En enero de 2025, la FTC de EE. UU. ordenó a DoNotPay cesar su promoción como “abogado IA” tras encontrar que su chatbot hacía afirmaciones engañosas. Esto subraya que las herramientas de IA no pueden reemplazar el asesoramiento legal real sin supervisión.
En resumen, la IA debe complementar a los abogados humanos, no reemplazarlos. La mayoría de los expertos coinciden en que lo más seguro es usar la IA como punto de partida para la investigación. Un estudio reciente concluyó que estas herramientas aportan valor cuando se usan como “el primer paso” de la investigación, no como la palabra final. Los abogados deben verificar cuidadosamente los resultados de la IA con fuentes confiables en cada etapa.
Mejores prácticas para la IA legal
Para usar la IA de manera efectiva y responsable, los equipos legales deben seguir estas prácticas:
- Verificar cada respuesta: Trata la salida de la IA como un borrador. Siempre confirma citas y hechos con fuentes oficiales.
- Usar herramientas especializadas: Prefiere productos de IA diseñados para el derecho. Estos usan bases de datos legales curadas y a menudo citan fuentes. Los chatbots genéricos pueden ayudar a generar ideas, pero carecen de verificación legal integrada.
- Mantenerse actualizado sobre normativas: La regulación y ética de la IA están en evolución. Por ejemplo, la primera ley integral de IA de la UE (vigente en 2024) impone estándares estrictos a los sistemas de IA. Muchas asociaciones de abogados ahora exigen que los abogados informen a sus clientes sobre el uso de IA y mantengan supervisión humana.
- Combinar IA con juicio humano: Usa la IA para ahorrar tiempo en investigaciones rutinarias o para resúmenes rápidos, pero deja que abogados experimentados manejen la interpretación y estrategia. En la práctica, la IA puede acelerar la búsqueda de la ley relevante, mientras que el abogado la aplica correctamente.
En última instancia, la búsqueda impulsada por IA es un asistente poderoso para la investigación jurídica, capaz de recuperar leyes, casos y definiciones en segundos. Cuando se usa con sabiduría, libera a los abogados para que se concentren en análisis complejos y asesoramiento al cliente. Como comentó un director jurídico, una tarea que antes tomaba horas ahora lleva cinco minutos con IA, una mejora “enorme”.
En conclusión: La IA puede consultar leyes y términos legales rápidamente, transformando la forma en que se accede a la información jurídica en todo el mundo. Su rapidez y alcance aportan ganancias reales de productividad, pero los usuarios deben mantenerse atentos. Al elegir herramientas de IA confiables y verificar los resultados, los profesionales legales pueden aprovechar el poder de la IA para la investigación sin sacrificar precisión ni ética.